Ópera prima de Pablo Picasso, la Farola de Málaga y su puerto reflejadas en la obra del autor malagueño

Málaga es conocida por su belleza natural, y es que da igual que estemos en una de sus playas, pueblos o sierras, es innegable que todos poseen un encanto especial que han conseguido que ésta sea conocida como “Málaga la Bella”. Atrás quedó el pequeño puerto de pescadores que daría paso posteriormente a una de las ciudades más importantes para el turismo en España. Testigo imperturbable de esta evolución es “La Farola” de Málaga, la cual se encuentra entre el llamado “Muelle Uno” y la playa de La Malagueta, y que ha visto a la ciudad crecer bajo su luz desde hace más de 200 años siendo quizás el elemento más representativo de la ciudad, ya que ésta se puede ver no sólo desde el Mar Mediterráneo, sino desde prácticamente cualquier punto de la ciudad y ha sido retratada por numerosos fotógrafos y pintores, como Pablo Picasso y su obra titulada como “Crepúsculo en el puerto de Málaga”, la cual pintó con apenas 8 años de edad, tratándose de la primera obra del autor, quien por aquel entonces firmaba aún con su primer apellido como podemos ver en la parte inferior del cuadro donde se puede leer «P. Ruiz«. Esta obra fue creada a partir de pintura homónima realizada por su padre, José Ruiz Blasco, que a su vez se trataba de una copia del cuadro original de Emilio Ocón. En ambas pinturas se presenta una vista del puerto de Málaga en la que podemos divisar la Farola en el lado derecho. Esta obra temprana del autor malagueño estuvo expuesta en el Museo Picasso de Málaga en la exposición “Picasso de Málaga. Obra de la primera época” en la que además de contar con 53 dibujos y óleos realizados en los primeros años de Pablo Picasso, también se pudo disfrutar de otras 35 obras de diversos autores (entre los que se encontraban algunos de los óleos de su padre) para recrear el entorno cultural en el que creció el artista malagueño y sus primeras referencias al mundo del arte.

La Farola de Málaga, 200 años alumbrando la ciudad

La Farola de Málaga es el único faro de la península que posee nombre femenino, y el segundo en toda España junto a “La Farola del Mar” que se encuentra en las Islas Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. Algunos aseguran que este apodo que se convertiría más tarde en el nombre oficial del faro se debe a una construcción que realizaron anexa a las paredes de éste, rodeándolo y que a los malagueños y malagueñas les recordaba a una falda, por lo que comenzaron a referirse a ella de forma cariñosa en género femenino, dándole el nombre de “La Farola de Málaga”. Sin embargo, otros autores aseguran que ya se la conocía con este nombre desde varios años antes de que se construyera esa edificación a los pies del faro, remontándose al año 1717, donde se erguía sobre el mismo lugar que ocupa a día de hoy La Farola y se mantuvo durante un siglo una linterna de madera diseñada por el ingeniero Francés Bartolomé Thurus y que cumplía la misma función que un faro, sirviendo de guía para los barcos que atracaban de noche en el puerto.

Su construcción comenzó en 1816 de la mano del ingeniero Joaquín María Pery, y en 1909 se añadió al faro un nuevo piso, una base que la rodeaba y cuyo propósito original era servir de vivienda al farero que se encargaba de mantenerla y de que su luz nunca se apagase. Pero tras la reforma de 1913 en la que se mecanizó el sistema de iluminación de La Farola, ya no era necesario la intervención humana para éste propósito, por lo que la vivienda del farero fue reconvertida en el Museo del Puerto de Málaga.

Los ojos de Málaga

A medio camino entre el mar y la tierra, La Farola de Málaga ha visto pasar ante sus ojos los mejores años de la ciudad, viendo cómo ésta avanzaba y crecía para convertirse en una gran potencia turística y en hogar de artistas de renombre como el hijo predilecto de Málaga, el pintor anteriormente mencionado, Pablo Picasso, quien a pesar de realizar pocos paisajes de su ciudad natal, realizó algunas reinterpretaciones de Málaga y su puerto como la que podemos ver en su obra «Paisaje Mediterráneo» (donde se pueden ver edificios de la ciudad de Málaga y su puerto en el estilo cubista por el que destacaba Pablo Picasso). Sin embargo también fue testigo de sus peores momentos, los cuales tuvieron lugar durante la Guerra Civil Española que causaron daños en la Farola, la cual tuvo que ser restaurada.

La Farola Gris de Málaga

Durante la Guerra Civil Española, el 28 de Agosto de 1936, La Comandancia Marina de Málaga (perteneciente aún al ejército republicano) dió la orden de pintar de gris la Farola apagar y apagar su luz, para tratar de evitar que ésta fuera atacada y ocultar a los habitantes de la ciudad en la oscuridad de la noche, pero de nada sirvieron sus intentos ya que esta fue finalmente alcanzada por el bando nacional, teniendo que ser reconstruida al final de la guerra.

También tuvo que ser restaurada debido a los destrozos técnicos sufridos tras el “Terremoto de Andalucía de 1884” que tuvo lugar el 25 de Diciembre de ese año y que afectó especialmente a la ciudad de Málaga y a su elemento más representativo, La Farola, la cual quedó inoperativa y tuvo que ser reparada en 1885.

Es por esto que a día de hoy La Farola de Málaga es considerada como una superviviente y se alza sobre el pueblo malagueño para iluminar a sus habitantes, ganándose un lugar especial en el corazón de éstos, así como en el resto de turistas que visitan la ciudad.