La Aldea Azul, el famoso “Pueblo Pitufo” de Júzcar, en Málaga
29 noviembre, 2019
Los Pitufos encuentran en Málaga su nuevo hogar
De entre los característicos pueblos blancos que podemos encontrar a lo largo de la comunidad Andaluza y en medio de frondosos bosques de castaños se alza el pueblo de Júzcar, en la provincia de Málaga, más conocido como “El Pueblo Pitufo”.
Hace ya tiempo desde que sus 230 habitantes pintaran las 175 casas de este pequeño pueblo empleando más de 9.000 kg de pintura para transformar sus paredes encaladas y tan representativas de los acogedores pueblos andaluces al azul por el cual esta localidad de Málaga se hizo famosa.
De todas partes del mundo llegan visitantes a pasear por sus calles y tomarse fotos delante de estos edificios tan característicos. Según su ayuntamiento, más de 240.000 turistas han visitado el pueblo desde que se conociera la noticia de que Júzcar había cambiado el blanco y la cal de sus fachadas por un llamativo azul. Desde todos los lugares del extranjero vienen a ver esta peculiar aldea monocromática, la cual incluso pintó la iglesia y el cementerio de este color.
Pero ¿por qué esta pequeña localidad de Málaga decidió destacar de esta forma y diferenciarse de las demás?
Bandidos, bosques de hojalata y diminutos seres azules
El ahora conocido como “Pueblo Pitufo ”era antiguamente un asentamiento de bandidos y salteadores de camino ( como indica el nombre de el único restaurante que podemos encontrar en este lugar llamado el “Bandolero” en honor a este hecho histórico de Júzcar) los cuales aprovechaban los bosques frondosos y su lugar estratégico para esconderse de la ley.
Éste fue precisamente el mismo motivo que llevó a la creación en este poblado de la primera fábrica de hojalata de España, en 1731, aprovechando la abundante madera de sus bosques y la fuerza de las aguas del río Genal. Buscaban además la discreción que les aportaba el lugar ya que se dice que llegaban a la fábrica técnicos alemanes de manera clandestina escondidos en el interior de barriles, debido a que en ese momento la principal competencia en el sector metalúrgico era Alemania y estaban prohibido cualquier tipo de tratado o intercambio con este país.
Pero no sería hasta el 2011 con la llegada de unos seres diminutos y azules que el pueblo cobraría notoriedad a nivel mundial, llegando a recibir a visitantes que vienen de todas las naciones para ver a estos personajillos. Estamos hablando, por supuesto, de los Pitufos. Y es que en 2011 la productora de la película “Los Pitufos 2” se hallaba en medio de un proceso de búsqueda de la “Aldea de los Pitufos”, es decir, un pueblo que reuniera el encanto necesario para convertirse en la sede oficial de estos personajes de dibujos animados. Y fue en la bella Málaga, más concretamente en el pueblo de Júzcar donde lo encontraron.
Las razones por las que escogieron este encantador lugar fueron las pequeñas casas salpicadas a lo largo de la colina, rodeadas de frondosos bosques de pinos y castaños en los que abundan además una gran variedad de setas. De hecho hasta ese momento el turismo de Júzcar estaba basado principalmente en sus jornadas micológicas (para recolectar y degustar las setas).
Por este motivo la productora llegó a un acuerdo con el pueblo y sus habitantes, los cuales accedieron a pintar sus casas de azul y tomar el nombre de “El Pueblo Pitufo” así como mostrar estatuas y elementos de estos personajes el tiempo que durase la promoción de la película.
Sin embargo la acogida por parte de los fans de esta marca fue tal que prácticamente acudieron en masa a la aldea para fotografiarse con sus personajes favoritos y visitar la “casa de Pitufina” o la de Gargamel. Por este motivo, el Ayuntamiento decidió que seguirían conservando el nombre de «Pueblo Pitufo», las fachadas azules y los elementos decorativos, en lugar de volver a su estado anterior tal y como se había acordado.
De “Pueblo Pitufo” a “Aldea Azul”
Durante varios años la localidad de Júzcar pudo hacer uso libremente de estos elementos, sin embargo recientemente la productora y la familia heredera del legado del dibujante belga “Peyo” (creador de estos personajes) retiraban al “Pueblo de los Pitufos” el derecho a usar este nombre, rescindiendo el contrato que les permitía hacer referencia a la marca.
Por lo que, a pesar de seguir manteniendo el característico color de sus casas y las referencias a estos divertidos personajes , el pueblo de los Pitufos ya no podrá llamarse así pasando a conocerse como “La Aldea Azul”.
Pero no por esto la aldea dejará de ofrecer los servicios turísticos que podían disfrutarse hasta ahora, más bien al contrario ya que han invertido 300.000 euros en ampliar la oferta de actividades que sus visitantes podrán disfrutar.
Para los más pequeños, si es que viajan con niños, se pueden encontrar en el pueblo diversas tirolinas, puentes tibetanos y rocódromos para que éstos se diviertan explorando el lugar. O si por el contrario prefieren disfrutar de la excepcional naturaleza que brinda esta localidad, pueden apuntarse a una de las rutas de senderismo que ofrece el Ayuntamiento, así como para recoger las famosas “setas” que abundan en sus bosques.
También podrán recorrer Júzcar desde las alturas ya que hay un recorrido en suspensión anclado a los elementos arquitectónicos de la localidad, permitiendo recorrer el casco histórico y obtener una vista única del lugar.
Si visitan Málaga y deciden acercarse a conocer el “Pueblo Pitufo” les recomendamos que lo hagan en los meses de otoño ya que gracias al color rojizo del que se tornan los castaños que rodean la aldea, ésta se vuelve aún más bella debido a los contrastes entre el cálido color de la naturaleza otoñal y el azul de sus casas. También está realmente preciosa en invierno cuando la nieve cubre sus tejados y el color azul destaca sobre la inmensidad blanca de la colina helada. Además si acuden en estas fechas podrán disfrutar de las castañas que aporta el lugar, las cuales son una auténtica delicia si se asan y un alimento ideal para los meses fríos.